miércoles, 30 de marzo de 2016

Ojalá

Llenar el corazón de humo y alcohol para no poder sentir nada, produce un alivio momentáneo pero agradecido. Aun así, el humo se disuelve atraído por el viento y el alcohol abandona su efecto dejando al corazón, otra vez, lleno de lágrimas. 
Ojalá no pudiera sentir nada, ojalá pudiese respirar sin que me duela o dormir sin pesadillas. Añoro el momento en el que deje de sentir el pecho dividirse en dos, ese momento en el que mi corazón sea hielo y no sé deje herir. 
He llegado al punto de estar cansada de sentir. Me he quedado sin fuerzas. Todas mis energías se concentran para que mi cuerpo aguante las ganas de llorar, de derrumbarse. Estoy cansada de sufrir pero por alguna razón mi cuerpo y mi mente no creen que sea suficiente... y me hacen sentir... hasta que la almohada queda empapada en lágrimas, hasta que la agonía es amortizada con gritos, hasta que el dolor en el pecho te deja sin aliento...
Ojalá pudiese parar este dolor con un interruptor.

martes, 29 de marzo de 2016

Vacía

Imagen de sad, alone, and bed
Intento dormir, dando vueltas, aferrada a una almohada como consuelo. 
Realmente... me siento vacía. 

lunes, 28 de marzo de 2016


Aunque lo escriba en breves notas, el sentimiento es abrasador... cada pedazo de mi corazón echa de menos los pequeños detalles que me sacaban sonrisas. 


Día tras día


Han pasado horas, incluso días, sin escuchar mi propia voz. Mis labios apenas han pronunciado algunos monosílabos y, al pronunciarlos, suenan roncos, fríos... siento que no es mi voz pese a que el sonido sale de mi garganta. El silencio resulta reconfortante si lo comparamos con el sonido de mi voz extraña, porque el dolor que expresarían mis palabras sería demasiado real. 

Han pasado lo que parecen largos días sin dormir, sin comer, con un dolor anclado en el pecho, con miedo a sonidos que me resultan familiares, sin esperanza... Miro hacia delante y sólo veo días así.