sábado, 5 de noviembre de 2011

Receta propia

Con un litro de lágrimas, se le añade varios vasos de ron-cola y se le añade un corazón roto y alguna que otra pizca de desilusión, tristeza y desesperación; y obtenemos un día normal para Diana. Eso sí, que no falten las gotitas de sangre en la receta, que si no, pierde esencia. 
Las consecuencias de coger la receta para tener un día en mi piel son: una ligera borrachera, algunos que otros llantos y, no puede faltar, ese dolor desgarrador en el pecho que te roba el aliento.
¿El lado positivo? El cuerpo no aguanta estar mal durante mucho tiempo, así que se toma descansos RIÉNDOSE, sin saber porque estás ahí riendo. Y sobretodo te une más a tus seres queridos. Además bailas y haces locuras hasta que se te vaya el efecto del alcohol.

Diana

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