De nuevo esa sensación de quedarme sin aire, acompañado de ese dolor en el pecho que tanto me asusta, a vuelto. Esta vez a sigo distinto... supe como respirar, no me quedaba otro remedio. Las cosas empeorarían si dejaba que mi cuerpo me hiciese esa mala pasada. ¿Llamar a mis padres? No, les daría algo. ¿Decirselo al profesor? No, no soportaría que sucediese lo mismo que
la última vez. Aguantar, eso debía hacer, intentar no caer al suelo, vomitar o llorar... pero no me preocupaba eso, solo podía pensar en las punzadas. Respiré, pensando en bloquear mis pensamientos, lo hise. Después de 20 minutos dejé de sentirme el pulso sobre la piel, cosa que me ponían aún más nerviosa.
Las causas son difíciles de explicar pero... en resumidas cuentas: nervios y miedo. La sensación en este momento es un profundo estado zombie.
Lo controlé, pero la sensación no varia.
Respira.