Estoy harta, con el significado completo de la palabra, de las mismas tonterías de siempre. Me enfada oírte hablar sin saber de lo que hablas, sin ver que te preocupes por lo que pienso o lo que me pueda llegar a afectar lo que sueltas por esa boca. Nunca te ha importando el daño que nos puedes hacer a nosotros, y no con eso te digo que eres lo peor... simplemente que pareces ser una persona extraña a la que veo de vez en cuando, en la que no hay conversaciones ya que los largos caminos se llenan con silencio.
Odio, cuando crees saber todo sobre mi... sobre lo que siento, pienso, hago o dejo de hacer. Porque cuando intentas adivinarlo y sueltas esas gilipolleces por la boca me pregunto si no han sido suficientes casi dieciséis años de mi vida¿cuántos quieres? ¿Veinte? ¿Treinta? Pues intenta de que aquí a entonces, no hables de mi como todas esas personas alcahuetas a las que suelo escupir a la cara. A ellos les puedo odiar por que no son nada para mi, pero... ¿qué hago contigo? ¿Odiarte? No puedo ¿Fingir que no me importa? No puedo hacerlo más de lo que ya lo hago.
Sólo tengo la esperanza de que algún día la cosa cambie, pero es la misma esperanza que e tenido siempre... y que de vez en cuando se apaga.
Sólo tengo la esperanza de que algún día la cosa cambie, pero es la misma esperanza que e tenido siempre... y que de vez en cuando se apaga.
Diana
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