Una decisión basada en hechos, meditación, opiniones, esfuerzos... pesa mas que un sentimiento que se que a las horas se desvanece. Los sentimientos no salvan nada, la vida no es un cuento. Una vida basada en decisiones racionales, eso si salva tu vida.
Aunque tu corazón de un vuelco al decir no, y tus ojos reflejen ese hecho, no significa que tengas que cambiar de opinión. Significa que has aprendido a no tomar decisiones con el corazón y eso... es demasiado bueno.
Deja que tu corazón se queje al escuchar un no de tus propios labios, deja que tu alma se agriete y tu cara refleje que no te crees. Eso se irá, pero la decisión que tomes permanece. Y no temas equivocarte pese a todo, porque esa duda sólo es una endorfina.
Párate, piensa, porque eso es lo correcto. Ya le tocó decidir al corazón, y nunca más. Ahora toca pensar con la cabeza. Este es el pensamiento de alguien a quien la han hecho trozos... y quiere evitar exponer más heridas a carne viva.
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