Ahora disfruto del calor porque la moyoría del tiempo he sentido el frío. Valoro la luz, porque he conocido la oscuridad. Y comprendo la felicidad porque he conocido la tristeza.
Para apreciar una parte de la vida, digan lo que digan, siempre hay que conocer el lado opusto... si no, nunca se aprenderá a valorar las cosas de verdad.
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